sábado, 31 de julio de 2010

domingo, 25 de julio de 2010

La lámpara de Aladino

-Puedes pedirme tres deseos eróticos, menos follar lo que quieras, estoy comprometida y encerrada por haber sido infiel a mi anterior amo y comprenderás que no quiero quedarme aquí para siempre.

Nunca pensé que la compra de aquella vieja lámpara de aceite por eBay, me hubiera dado un susto igual, el caso es que ya ni me acordaba de haber pujado, ofrecí un euro y me olvidé del asunto, hasta que un buen día, llamaron a mi puerta y un operario de FEDEX me la entregó.
Estaba perfectamente protegida en un sobres con burbujitas de aire y varios papeles de seda de colores, era dorada y parecía vieja, la froté con un paño para que brillará más.

Un destello fulgurante me dejó sentado en el suelo, de la pequeña abertura salía un humo brillante azulado, formando en el aire la figura de una voluptuosa y hermosa mujer semidesnuda, me habló con una voz muy sensual.

Yo también pensé lo que estaís pensando ahora, que por fin había pérdido la razón.

Pero debía sobreponerme, alguien había encerrado a una hermosa mujer oriental en aquella lámpara.
Decidí sacrificarme y pedir esos deseos eróticos...... ¡Hay que ser solidario!

Al principio pensé en lo típico, una buena felación, o una masturbación entre aquellos hermosos pechos pero me sabía mal que la 'genia' abandonase mi lámpara pensando que era el típico salido que se encuentra una lámpara de Aladino, de modo que le pedí los siguientes deseos:

-Mira, primero quiero que cada deseo que te pida tú me pidas a mi otro, lo que más desees en cada momento.

-Pero entonces tendrás 6 deseos, los tuyos más los mios……

-Tu misma pero estás a punto de incumplir el primero.

-Vale acepto, concedido.

-Mi segundo deseo es aplastarte con las yemas de mis dedos en tus labios deliciosas y aromáticas frutas del bosque, hasta que sus jugos y perfumes te invadan, pero no puedas pasar tu lengua para saborearlos.

-Buffffff, pues mi segundo deseo es que me limpies ahora mis labios con tu boca.

Heme aquí con la mujer más hermosa que jamás haya visto, totalmente desnuda sobre mi mullida alfombra, con los labios y parte de su cara de blanca piel manchada de fuertes colores, moras, grosella, fresas, me costó muchísimo limpiar aquellos labios carnosos sin comerlos, pero pasé mis labios humedecidos y en una tarea imposible le fui extrayendo aquellos néctares. Ella se retorcía de placer y entreabría la boca intentando crear un vacío que absorbiera mi lengua.

- Mi tercer deseo es hacer lo mismo con tus labios vaginales pero en lugar de mis dedos para aplastar la fruta, utilizaré mi miembro como un rodillo apretado entre mi vientre, contra tus muslos, contra tu cueva ardiente.

-¡Aiiiiiiiis que mierda!.¿Crees que voy a aguantar otras horas con tu boca ahí saboreándome?. Ahora solo deseo que me penetres. Tu ganas, ya me quedaré aquí otro siglo hasta que encuentre a otro incauto.

La lámpara de Aladino

-Puedes pedirme tres deseos eróticos, menos follar lo que quieras, estoy comprometida y encerrada por haber sido infiel a mi anterior amo y comprenderás que no quiero quedarme aquí para siempre.

Nunca pensé que la compra de aquella vieja lámpara de aceite por eBay, me hubiera dado un susto igual, el caso es que ya ni me acordaba de haber pujado, ofrecí un euro y me olvidé del asunto, hasta que un buen día, llamaron a mi puerta y un operario de FEDEX me la entregó.
Estaba perfectamente protegida en un sobres con burbujitas de aire y varios papeles de seda de colores, era dorada y parecía vieja, la froté con un paño para que brillará más.

Un destello fulgurante me dejó sentado en el suelo, de la pequeña abertura salía un humo brillante azulado, formando en el aire la figura de una voluptuosa y hermosa mujer semidesnuda, me habló con una voz muy sensual.

Yo también pensé lo que estaís pensando ahora, que por fin había pérdido la razón.

Pero debía sobreponerme, alguien había encerrado a una hermosa mujer oriental en aquella lámpara.
Decidí sacrificarme y pedir esos deseos eróticos...... ¡Hay que ser solidario!

Al principio pensé en lo típico, una buena felación, o una masturbación entre aquellos hermosos pechos pero me sabía mal que la 'genia' abandonase mi lámpara pensando que era el típico salido que se encuentra una lámpara de Aladino, de modo que le pedí los siguientes deseos:

-Mira, primero quiero que cada deseo que te pida tú me pidas a mi otro, lo que más desees en cada momento.

-Pero entonces tendrás 6 deseos, los tuyos más los mios……

-Tu misma pero estás a punto de incumplir el primero.

-Vale acepto, concedido.

-Mi segundo deseo es aplastarte con las yemas de mis dedos en tus labios deliciosas y aromáticas frutas del bosque, hasta que sus jugos y perfumes te invadan, pero no puedas pasar tu lengua para saborearlos.

-Buffffff, pues mi segundo deseo es que me limpies ahora mis labios con tu boca.

Heme aquí con la mujer más hermosa que jamás haya visto, totalmente desnuda sobre mi mullida alfombra, con los labios y parte de su cara de blanca piel manchada de fuertes colores, moras, grosella, fresas, me costó muchísimo limpiar aquellos labios carnosos sin comerlos, pero pasé mis labios humedecidos y en una tarea imposible le fui extrayendo aquellos néctares. Ella se retorcía de placer y entreabría la boca intentando crear un vacío que absorbiera mi lengua.

- Mi tercer deseo es hacer lo mismo con tus labios vaginales pero en lugar de mis dedos para aplastar la fruta, utilizaré mi miembro como un rodillo apretado entre mi vientre, contra tus muslos, contra tu cueva ardiente.

-¡Aiiiiiiiis que mierda!.¿Crees que voy a aguantar otras horas con tu boca ahí saboreándome?. Ahora solo deseo que me penetres. Tu ganas, ya me quedaré aquí otro siglo hasta que encuentre a otro incauto.

viernes, 23 de julio de 2010

miércoles, 14 de julio de 2010

Duelo de Titanes


Por favor dime que todo es mentira.

Que esta destructiva lucha de titanes que convierte el aire que nos rodea en gas irrespirable, que este duelo salvaje presentido y aplazado por el miedo que nos dá, la cercanía de entrar en un mundo que nos supera.

Mis pies de barro se deshacen y me doy cuenta entonces de mi propia enormidad, siento mi propia fragilidad, ahora le toca el turno a mis rodillas pétreas astillándose mientras voy corriendo con una bestia detrás, giro mi cuello y al ver que eres tú dejo que me alcances aunque sé me vas a destrozar, no puedo luchar contigo aunque tus pies de barro forman parte del mismo lodazal, donde había hierba a nuestro paso no queda nada.

Solo deseo que sea un sueño tonto mi imaginación y no más que eso, me da miedo mi propia enormidad dentro de un envoltorio de cristal y el terrible poder que ejercemos sobre nosotros al mismo tiempo.

No me mientas, no ocultes que has pasado por aquí sin tropezar, que eres un monstruo delicioso de papel con deliciosos textos escritos sobre tu piel, no se contra quien voy, quizás tú seas yo, tan iguales entres si tan diferentes a los demás que nuestros sueños son los mismos.

Ahora creo en los fantasmas terribles de algún extraño lugar y en mis tonterías para pasar sin miedo y que tu risa cristalina estalle de una puta vez.

domingo, 11 de julio de 2010

sábado, 10 de julio de 2010

Los hombres de la lluvia

-Sabes quien soy, ¿verdad?

-Soy un hombre de la lluvia.



Soy el que pasea por las calles cuando nadie más lo hace.
Cuando la lluvia moja tu cara, cuando el frío se asienta en tu pecho, cuando las tinieblas te envuelven, entonces es cuando puedes verme.
No sabes cómo ni por qué, pero cuando me necesitas y me llamas siempre acudo a tu encuentro.


Entonces, cuando nos encontramos, veo tu cara mojada, tus manos temblorosas y tus ojos asustados.
Yo, como siempre, te sonrío con dulzura mientras seco tus mejillas y tomo tus manos. Te abrazo y te llevo lejos de la lluvia y del frío. Las tinieblas quedan atrás y por un momento, te veo sonreír de nuevo.
Que hermosa es tu sonrisa.
Cuando aparece en tu rostro de repente vuelves a ser preciosa.

No necesitas hablarme porque tus ojos hablan por ti y me dicen todo lo que un hombre de la lluvia podría desear escuchar.


Me preguntas:

-¿Cómo lo haces? siempre lo consigues, nunca me dejas sola en los días grises, gracias, muchas gracias...

Mientras veo todo eso en tus ojos me siento feliz... porque así somos los hombres de la lluvia.
Sigo mirándote a los ojos, ahora vivos de nuevo, llenos de cariño y gratitud, de ternura y quietud.
Y mientras te sigo mirando, lentamente, la tristeza se adueña de mí.
Porque sé que pronto volveré a perderte.
La tormenta se aleja de ti y tú corres de nuevo en busca de la luz, de la vida...

Quizás haya algún hombre de la luz que te espera, para volver a compartir contigo todos los amaneceres del mundo, para poder verte despertar con tu rostro maquillado de felicidad, para hacerte olvidar que hay tormentas y para que no pienses más en mí...

¿Sabes qué?


-A veces me gustaría ser un hombre de la luz. Quizas así no te vería con el pelo mojado, ni tiritando, ni desorientada en la penumbra.
Me gustaría verte reluciente como el sol, llena de vida como un río en primavera y alegre como una mañana en el bosque... pero sólo soy un humilde hombre de la lluvia.
Tan sólo sé abrazarte y darte ternura, agitar los brazos para que la tormenta se aleje de ti, sonreírte y decirte con mis ojos que nunca dejaré que llores.


Pero no es lo que hacen los hombres de la luz. Ellos son de otro modo. Ellos temen la oscuridad y la tempestad y nunca se atreven a venir a buscarte cuando el miedo te atrapa sin avisar.
Ellos son pacientes y cuando la luz vuelve a cubrir tus cabellos con el aura que yo nunca alcanzo a ver, entonces vienen a buscarte.

Yo desde lejos Los veo marchar y hasta creo distinguir el aura de la que te hablé.
Mis ojos brillan, mis labios sonríen, pero a la vez siento que en mi corazón algo ha vuelto a morir de nuevo.

-Soy el hombre de la lluvia, ¿recuerdas?
-Quizás algún día, cuando marches de nuevo en tu camino hacia la luz del sol, tu rostro se vuelva a mí y me digas:

- Ven, quiero enseñarte el amanecer.

Con este cuento que me encanta, me ha pasado algo curioso, me he topado con él varias veces, esta vez lo atrapo y lo comparto, es un cuento anónimo extraido de la red, no he conseguido descubrir su autoría, solo he llegado a un forero que lo extrajo de un librito de cuentos que se encontró en una estación de tren en Perú. Si alguién sabe algo se lo agradecería.

miércoles, 7 de julio de 2010

domingo, 4 de julio de 2010

Los Jeans Mágicos

- Clip esta vez definitivamente has perdido la razón, tu no llevas unos jeans lujuriosos, no existen los tejanos mágicos, todo esto está en tu cabeza, debieras probar eso que dices antes que crear una entrada tan absurda.....



Tras unos momentos de duda, él se bajó los jeans lentamente, mientras se deslizaban hacia el suelo, sintió en la piel que iba quedando desnuda, unos hirvientes labios que recorrían y dibujaban flores, que le rasgaban la espalda con uñas invisibles y aliviaban sus angustias.

Una lengua lenta como un caracol en lenta procesión, le llenó de una
sensación húmeda llena de tibias babas que en contacto con su epidermis, le transmitían por sus poros una pasión que saboreaba y que le encaminaba al deseo más brutal. Sus párpados se cerraron con una fuerza que le hicieron ver estrellas de colores en el espacio ocupado por su vista momentos antes, su cerebro dejó de funcionar y se dejó llevar, sorber y absorber.

El suave desliz sobre sus carnes aumentaba el delirio...hasta quedar pendido en el espacio, en el tiempo infinito.
Se oyeron unos débiles gemidos que no se sabía de que garganta partían, luego un grito gutural desesperado y como una fuente caudalosa ... se derramó néctar
hirviente para que ella pudiera beber.

Ella miraba atentamente en silencio tragando saliva.

...Luego invadida por una extraño deseo, tuvo la necesidad imperiosa de probarse aquellos jeans. Se quitó la ropa interior para notar su contacto pleno,
Los encarriló entre sus muslos, al empezar a subirlos recibió las caricias de unos labios con sabor a terciopelo que fueron quemando su piel en sentido inverso a la pérdida de su desnudez, el suave encanto de su feminidad se multiplicó por mil, su lengua salvaje y al mismo tiempo dulcísima se encendió ante el brillo de su cueva, ágata de fuego granate.

Su cuerpo estalló en indómitas embestidas ahogándose a si misma de placer, se
sintió al mismo tiempo hembra poseída, perra, puta, hambrienta endemoniada de
deseo, deseosa de copular en abuso mutuo, agua y fuego, cielo e infierno
conjugados.

Los Jeans Mágicos

- Clip esta vez definitivamente has perdido la razón, tu no llevas unos jeans lujuriosos, no existen los tejanos mágicos, todo esto está en tu cabeza, debieras probar eso que dices antes que crear una entrada tan absurda.....



Tras unos momentos de duda, él se bajó los jeans lentamente, mientras se deslizaban hacia el suelo, sintió en la piel que iba quedando desnuda, unos hirvientes labios que recorrían y dibujaban flores, que le rasgaban la espalda con uñas invisibles y aliviaban sus angustias.

Una lengua lenta como un caracol en lenta procesión, le llenó de una
sensación húmeda llena de tibias babas que en contacto con su epidermis, le transmitían por sus poros una pasión que saboreaba y que le encaminaba al deseo más brutal. Sus párpados se cerraron con una fuerza que le hicieron ver estrellas de colores en el espacio ocupado por su vista momentos antes, su cerebro dejó de funcionar y se dejó llevar, sorber y absorber.

El suave desliz sobre sus carnes aumentaba el delirio...hasta quedar pendido en el espacio, en el tiempo infinito.
Se oyeron unos débiles gemidos que no se sabía de que garganta partían, luego un grito gutural desesperado y como una fuente caudalosa ... se derramó néctar
hirviente para que ella pudiera beber.

Ella miraba atentamente en silencio tragando saliva.

...Luego invadida por una extraño deseo, tuvo la necesidad imperiosa de probarse aquellos jeans. Se quitó la ropa interior para notar su contacto pleno,
Los encarriló entre sus muslos, al empezar a subirlos recibió las caricias de unos labios con sabor a terciopelo que fueron quemando su piel en sentido inverso a la pérdida de su desnudez, el suave encanto de su feminidad se multiplicó por mil, su lengua salvaje y al mismo tiempo dulcísima se encendió ante el brillo de su cueva, ágata de fuego granate.

Su cuerpo estalló en indómitas embestidas ahogándose a si misma de placer, se
sintió al mismo tiempo hembra poseída, perra, puta, hambrienta endemoniada de
deseo, deseosa de copular en abuso mutuo, agua y fuego, cielo e infierno
conjugados.